Asociación Hablamos Español. 27-5-20
Desde Hablamos Español difundimos todo aquello que tiene que ver con imposición de lengua en la enseñanza, prohibición del uso del español en las administraciones públicas, adoctrinamiento, etc., También advertimos sobre la carga nacionalista en ciertos mensajes, sobre todo cuando provienen de personas relevantes o cargos públicos.
El lunes 24 difundimos un cartel con unas frases pronunciadas el 17 de mayo por Valentín García, Secretario General de Política Lingüística de la Xunta, el hombre de confianza de Feijoo en cuestiones de lengua.
Eran estas:
Una lengua es mucho más fuerte porque responde al ADN de un pueblo. Resiste muchísimo más de lo que pueda parecer.
Debemos socializar esa necesidad de considerar la lengua como elemento fundamental de nuestra nuestra razón de ser como pueblo y de nuestra propia idiosincrasia.
Es importante saber que la Galiza que somos y que la autonomía que tenemos es, en gran medida, por nuestro idioma.
La Xunta actual no tiene una varita mágica para poner a toda la gente que habla castellano a hablar gallego. Estos procesos son complicados, lentos.
Enseguida, a través de redes y Whatsapp, personas afines al PP comenzaron a acusarnos de habérnoslas inventado, así que difundimos también el enlace a la entrevista.
Esta fue nuestra publicación:
Fuente: Artículo aparecido en nós Diario el 17 de mayo de 2020 : Lingua: Do «non lle foi tan mal» ao «foille peor»
Pero de nuevo, quisieron desacreditarnos diciendo que habíamos sacado de contexto las frases y que se trataba de un simple intercambio de opiniones sobre una ley entre una filóloga y el responsable de lengua de la Xunta.
Como la entrevista está en gallego, la hemos traducido para que quede claro que no ha habido manipulación, sino que nos hemos quedado cortos.
Nos gustaría poder contar con un partido de la envergadura del PP para solucionar el problema tan grave y acuciante que es el nacionalismo y el adoctrinamiento, que comienza con la imposición lingüística como pilar fundamental y que no tuviera en Galicia una sección con esta ideología. Es nuestro deber dar a conocer y denunciar estas actitudes tan contrarias a los objetivos de nuestra asociación. A las personas cercanas al PP, a quienes cuesta creer que en su partido haya cargos con este perfil, las invitamos a leer la información que les proporcionamos para que puedan contribuir desde su partido a cambiar esta situación y les pedimos que comprendan que somos una asociación apartidista, que esto nos coloca en una posición vulnerable, pero que es necesaria la existencia de entidades de la sociedad civil sin servidumbres.
Sobre la entrevista:
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- La señora filóloga es una dirigente histórica del BNG, de la rama más intransigente y radical, la UPG, cuyo objetivo es: “Avanzar hacia una república soberana gallega, socialista y popular.” Son los que lograron que el BNG acudiera en coalición con Herri Batasuna a unas elecciones europeas y del acercamiento a Bildu.
Se preguntarán por qué una persona relevante de la Xunta concede una entrevista al alimón con alguien de este perfil. En Galicia se ha blanqueado a estas personas. Lo que levantaría sarpullido en Cataluña o en el País Vasco aquí se asume como algo normal y más en el caso de personas beligerantes contra el español en Galicia. Son personas santas, vestales dignas de admiración.
- En la entrevista, Valentín García defiende la política lingüística del PP, contraria a la libertad de elección de lengua y muy restrictiva en derechos de los hispanohablantes, mientras que ella, defensora de que el español ni siquiera sea lengua oficial, pide más. Valentín García le da la razón en que hay que avanzar en la normalización/imposición, pero dice que se necesita más tiempo y explica que ellos lo intentan, pero la gente en su vida privada se empeña en usar el español.
- La ley a la que se refieren es la de normalización lingüística, aprobada por el PP en 1983. Es copia de la de Cataluña, y contiene un preámbulo netamente nacionalista, que se refiere a la lengua gallega como la fuerza espiritual del pueblo gallego. El otro texto mencionado es el Plan General de Normalización de la Lengua Gallega, que García Negro califica como bello. Es obra del PP de Galicia, una “Biblia” ideada para eliminar el español de toda la sociedad. Ella se queja de que su aplicación va lenta. El PP de Galicia ha puesto en marcha el desarrollo de dos partes fundamentales de este plan: la “galleguización” del tejido socioeconómico y el plan para “galleguizar”a los jóvenes. Otra cosa es que lo consigan, pero lo intentan, lo ponen por escrito y lo dotan económicamente.
- Presume Valentín de haber prohibido el uso oficial de los nombres de lugares en español. Cabe reseñar que cuando se eliminaron topónimos como La Coruña u Orense, se cedió la defensa de este atropello a García Negro. Gobernando el PP ella fue la encargada de defender en el parlamento la eliminación de estas palabras españolas en el ámbito oficial.
Estudios realizados por HE que muestran cómo esta la situación en toda España, también en Galicia:
Informe enviado a la ONU sobre la situación de vulneración de derechos lingüísticos en España. ( Galicia: pags, 12 a 16 incluidas)
Primer estudio sobre adoctrinamiento en los libros de lengua de las Comunidades Bilingües. (Galicia: pags. 57 a 85 incluidas)
Planes de dinamización del gallego entre el tejido socio económico y entre la juventud, aprobados por el Partido Popular de Gaicia:
Plan de dinamización da lingua galega no tecido socieoeconómico 2015_20
Plan de dinamización da lingua galega na mocidade
Aquí la entrevista:
Traducción
Lengua: Del “no le fue tan mal” al “le fue peor””
Nós Diario
Obelleiro
16/05/20
La Ley de normalización lingüística sumará el próximo mes 37 años sin ningún cambio, a pesar de los intentos de reforma en sede parlamentaria. ¿Debería actualizarse?
María Pilar García Negro: La ley es de 1983 y continúa sin ser modificada. Tiene defectos congénitos y otros adquiridos. Los primeros dependen de un régimen constitucional estatutario que suponen un corsé limitante y restrictivo para la necesaria normalización de la lengua y tenemos que hacer constar una falta absoluta de aplicación durante décadas. Una lengua normal pertenece la todas las clases sociales, sirve la todas las funciones. Por tanto, el objetivo de la normalización de la lengua gallega es hacerla visible y oíble social y públicamente. Esta misión importantísima de la llamada autonomía gallega no se cumplió en absoluto al largo de estas décadas.
Se aprobó por unanimidad, en 2004, un Plan General de Normalización de la Lengua Gallega, un bello documento, en papel, nada más, que no se puso en práctica nunca. En resumen, se juntó el hambre con la necesidad, pues tenemos una sociedad infelizmente acostumbrada por subordinación e imposición de la lengua oficial del Estado a percibir su propia lengua como doméstica, rebajada y supeditada al español. Tenemos también una actuación de los poderes públicos absolutamente lamentable y me atrevo a decir que incluso ilegal, porque estos poderes públicos y esta autonomía gallega nacen gracias a un elemento distintivo tan fuerte y tan contundente como es la posesión de una lengua propia.
Valentín García: Coincido con la profesora García Negro en algunos aspectos, aunque el análisis que yo hago es distinto. La de normalización, como todas las leyes, debe modificarse, adaptarse a los tiempos, pero mi primera diferencia con usted está en que yo considero esta ley muy avanzada para el tiempo en que le tocó nacer. Un ejemplo: asienta que la única forma oficial de la toponimia en Galicia es la gallega. Esto en otras comunidades no es así. Además, no podemos negar que puso los pilares para que el gallego accediera a ámbitos en que su uso no era normal.
Al margen de todo esto, hay una parte en que coincidimos y aunque considero que la ley tiene recorrido, seguro podría actualizarse, toda vez que las circunstancias sociales, socioeconómicas, culturales e incluso lingüísticas de 1983 no son las mismas que tenemos hoy. Las personas que la redactaron, como Camilo Nogueira o Ramón Pino, no podían suponer cual iba a ser la realidad comunicativa hoy, con las nuevas tecnologías, con las redes sociales, con los medios de comunicación. El gallego, como cualquier otra lengua en el mundo, tuvo que avanzar y tendrá que seguir avanzando.
Pilar García Negro: Las evidencias hablan por sí mismas. Es una ley que permite por activa o por pasiva que haya ayuntamientos dentro del territorio que durante años -y esa fue una batalla que nos costó caro- mantienen el nombre deturpado; una ley la cuyo abrigo se pode dictar un decreto de plurilingüismo que es el heredero de aquel bilingüismo del franquismo que se usa como “ideoloxema” para impedir o entorpecer la necesaria normalización del gallego, su presencia normal y pública, la aclimatación en nuevos ámbitos; una ley que, siendo longeva como es, permite que en esta última década se dicten decretos que garantizan la exclusión, por tanto la represión directa del gallego, en ámbitos como en la función pública o prohibiendo expresamente, con el pretexto de una enseñanza mal llamada plurilingüe, la utilización del gallego como vehicular en determinadas materias o que utiliza directamente la conveniencia del alumnado de aprender inglés para sepultar aún más el gallego. Casi 40 años después, la evidencia flagrante se impone cuando tenemos entre nosotros lo que tenemos, una mengua enorme en el uso doméstico, familiar y primario del gallego, y una mengua, o como mucho estancamiento, en el uso escrito y visible fuera de los cuatro lugares rituales que no tienen menor efecto multiplicador. No le vamos a atribuir a una ley capacidades mágicas, mas quien debe aplicarla y con todos estos requerimientos, no lo hizo nunca, y en la última década hubo agresiones directas. Puedo citar a título de ejemplo a denuncia reciente del PP para eliminar la presencia del gallego en la orden relativa a las escuelas infantiles municipales de La Coruña.
Valentín García: En relación a la toponimia, hubo conflictos en algunos ayuntamientos puntualmente, mas no podemos por ello generalizar, y decir que la ley no es lo suficientemente clara. Otra cosa es que ayuntamientos, unilateralmente, en aras, creo yo, de no fomentar el conflicto social, decidieran no actuar con más contundencia, pero la ley es tajante en ese sentido. Respecto a que tiene 40 años, ya en aquel entonces muchas voces auguraban que era una ley nefasta para la lengua. Yo creo que no le fue tan mal en estos últimos cuarenta años. Claro, es una lengua que sigue teniendo carencias y necesidades, pero también pasó muchas pruebas y también nos está diciendo que, aunque no está en una situación igual que el español, se encuentra con fortaleza en las redes sociales, en las tecnologías, en los medios… Cuarenta años en la vida de una lengua no es un período tan largo.
Sobre la última década y la enseñanza, tenemos problemas de uso, que no de conocimiento, a cuyo objeto siempre digo que el decreto no es tan nocivo como se dice cuando las estadísticas del año 2018 recogen que 86% de la población gallega en mayor o menor medida sabe escribir gallego. Es un dato histórico. Además, el gallego sigue siendo mayoritario, pues 51,8% habla sólo gallego o más gallego que castellano. Son cifras que no tiene ninguna lengua cooficial de una autonomía del Estado. No hay ánimo de disminuir la proyección social de la lengua y no se dejó de trabajar con ella, creo que en ese sentido Galicia puede estar orgullosa de cómo trató a su lengua. Claro hay muchas cosas que hacer y otras que se pudieron hacer mejor y en las que tendremos que trabajar en el futuro.
Pilar García Negro: A La lengua gallega en la ultima década no le fue mal, le fue peor. Yo a Valentín le puedo suponer la misma voluntad positiva respecto del gallego que tengo yo. Él tiene responsabilidades gubernamentales que no tenemos el resto de ciudadanos. Yo afirmo que el comportamiento lingüístico del presidente de la Junta y de altos cargos es de perjuros. Lo digo rotundamente. La población en su conjunto debe tener espejos donde poder ver con la dignidad precisa que esa habla suya no se corresponde en absolutamente con una mayoría social gallegohablante. Defiendo que es fundamental el papel ejemplar y ejemplarizante de los poderes públicos gallegos y el cumplimiento de las leyes a las que se deben. Con raciones homeopáticas de gallego no se soluciona.
Valentín García: ¿Cree que en el prestigio social del gallego no se avanzó nos últimos cuarenta años? No me diga que no avanzó el empleo del gallego en las Administraciones públicas. Me gustaría saber cuantas vistas orales en los juzgados, hace cuarenta años, se realizaban en gallego, cuando hoy en los juzgados de primera instancia es algo muy habitual, sobre todo en las villas y en el rural.
Pilar García Negro: Si no llega a 5%…
Valentín García: Eso son las sentencias. La vista oral, la expresión oral, es habitual que se haga en gallego y castellano. Esto antes no se daba. El incluso cuando se va al médico; es más habitual oír gallego. El prestigio del gallego en las Administraciones y en la comunicación creció, otra cosa es que creciera lo suficiente.
Pilar García Negro: No hay un solo indicador de uso público en el idioma (jurídico, comercial, eclesiástico, mediático, administrativo, científico, publicidad, audiovisual…) donde podamos hablar de un fifty-fifty, de un teórico beatífico bilingüismo. No existe. Y todo esto empeora porque, a diferencia de hace cuarenta años, la globalización tiene el afán de convertirnos en ovejas Dolly sin la existencia de pueblos reconocidos como tales.
En muchos ámbitos el gallego funciona como lengua más distante y extranjera que el inglés, porque entienden que el inglés y el español son necesidades, son inevitables. Si esta necesidad no se crea de manera gradual para el gallego, la distancia, la indiferencia y la hostilidad colonizadora van a crecer. En clave histórica y usando una frase sintética del doctor Freixeiro, son 700 años de normalidad absoluta y 500 de conflicto, porque hay conflicto lingüístico. Uno de los elementos del binomio, en nuestro caso, el gallego, está en una situación absolutamente “inferiorizada”, sepultada y sometida a la exclusión directa. Los poderes públicos deberían prestarse a solucionarlo.
Valentín García: Revertir una situación así no es fácil y menos en una sociedad compleja. Más que de conflicto, prefiero hablar de lenguas en contacto, con una lengua A y una B.
Pilar García Negro: Hay amores que matan. Prefiere hablar de cohabitación, pero aquí la lengua oficial de la monarquía castellana una vez constituido el Estado español como tal, fue impuesta con vías de ejecución eficacísima y absolutamente represiva sin la menor posibilidad de elección. Esa herencia histórica es la que hay que revertir a favor del gallego.
Valentín García: Una lengua es mucho más fuerte que todo eso porque responde al ADN de un pueblo. Resiste con mucho más del que pueda parecer. Cuando me dicen que en La Coruña se habla mucho menos gallego, yo pregunto cuando se habló mucho gallego en La Coruña.
Pilar García Negro: Se habló mucho gallego como en cualquiera otra ciudad o villa. Acontece que era un gallego popular, coloquial, doméstico, confinado, por usar una palabra que ya usó Carvalho Calero.
Valentín García: También es cierto que hay 150 años, Pondal escribía lo de «Miniñas de la Cruña… hablad, miniñas, hablad gallego», y eso es porque las niñas de la Coruña, luego ya no hablaban mucho gallego, o por lo menos algunas niñas de la Coruña. Y quien dice La Coruña, dice cualquiera otra ciudad.
Pilar García Negro: ¿Pero la Junta actual puede revertir la situación de hace 150 años o tendrá que atender la situación actual del gallego?
Valentín García: La Xunta actual no tiene una varita mágica que ponga toda la gente que habla castellano a hablar gallego. Estos procesos son complicados, lentos.
Pilar García Negro: Razón de más para que no sólo la legislación, sino la práctica política de los poderes públicos gallegos, con la Xunta en primer lugar, caminen en la dirección adecuada y positiva: el uso mínimo de las leyes existentes, aunque sean insuficientes, para hacer progresar el gallego, y eso ni existió ni existe.
Tenemos que concluir.
Valentín García: No habría querido hacerlo sin verter una reflexión sobre una gran oportunidad que tiene el gallego y de la que ya había advertido Carvalho Calero, de quién es biógrafa Pilar. Me refiero a la aproximación a la lusofonía y la utilidad que tiene. En ese sentido, aprobamos la Ley Paz Andrade.
Pilar García Negro: Respecto de la lusofonía, tan de moda ahora, la Ley Paz Andrade es una entelequia. Su texto no tiene la menor consecuencia práctica, como si no existiera. Carvalho indicó que hay que ganar o recuperar para el uso normal del gallego sectores sociales que hoy tienen como lengua normal el castellano. Con él, yo concluyo apelando a la práctica de nuestra lengua. Esta es la tarea a la que debemos convocar, con toda pedagogía, amor, respeto y afán que la causa de la lengua merece.
Valentín García: La actuación de los poderes públicos es muy importante y seguirá siéndolo, pero yo creo que debemos socializar esa necesidad de considerar la lengua como elemento fundamental de nuestra razón de ser cómo pueblo y de nuestra propia idiosincrasia. Es importante saber que la Galiza que somos y que la autonomía que tenemos es, en buen grado, por nuestro idioma. La llave está en saber transmitir que es útil, que abre puertas y que nos ponen en contacto con 250 millones de hablantes en el mundo.