Es sabido que en las Administraciones públicas gallegas, tanto autonómicas como locales, el uso del español está muy restringido, y que el uso de nuestra lengua común está completamente prohibido por la Xunta de Galicia en la administración educativa.
No se puede usar ni en la rotulación de los centros de enseñanza, ni en boletines de notas, avisos, circulares, y los profesores tienen prohibido usarlo en actas y comunicaciones internas. Incluso los nombres de las asignaturas solo existen oficialmente en gallego. Quienes formamos parte de la asociación Hablamos Español ya estamos acostumbrados a esto, pero la Xunta de Galicia acaba de sorprendernos con algo nuevo que noas ha parecido ciertamente insólito.
Estos días se están celebrando las oposiciones al cuerpo de profesores y se han publicado las normas por las que se regirán las pruebas. La presidente de Hablamos Español, Gloria Lago, recibió el viernes, horas antes del primer examen, el mensaje de un opositor que llamaba su atención sobre algo que le pareció insólito: las pruebas del examen de Lengua castellana y Literatura, se entregaban a los examinados también en gallego.
Una vez realizadas las comprobaciones oportunas pudimos atestiguar que, efectivamente, esto era así y que se especificaba que la última prueba, la exposición oral de un tema, debía realizarse en castellano, lo que mostraba que el resto de exámenes para opositar a una plaza de docente de Lengua española podía realizarse en gallego. El sábado, cuando les entregaron los exámenes también en gallego los aspirantes así lo interpretaron.
Ni en las bases para las oposiciones para profesor de francés, inglés o gallego existía la opción de realizar el examen en otra lengua que no fuera la de la asignatura que se iba a impartir.